Solo nos queda soplar la herida
En la inmensidad de la habitación
se encuentran fragmentos de cada recuerdo
un “Te quiero”, un “Te echo de menos”
a punto de ser engullidos por el olvido
que se advierte frente a pequeños desahogos.
Aquellas noches de mil ventanas abiertas
surquemos el cielo entero mientras todo se tambalea
antes que el adiós llegue a bodas de plata
después de todo los vientos al final del camino
nada debería fallar en un tiempo feliz.
se encuentran fragmentos de cada recuerdo
un “Te quiero”, un “Te echo de menos”
a punto de ser engullidos por el olvido
que se advierte frente a pequeños desahogos.
Aquellas noches de mil ventanas abiertas
surquemos el cielo entero mientras todo se tambalea
antes que el adiós llegue a bodas de plata
después de todo los vientos al final del camino
nada debería fallar en un tiempo feliz.
Desde aquí aún te puedo ver
dejando los sentimientos desiertos
en la mitad de nuestras vidas.
La promesa se vuelve estrella fugaz
al final del camino que nos va a pasar
y solo nos queda soplar la herida.
dejando los sentimientos desiertos
en la mitad de nuestras vidas.
La promesa se vuelve estrella fugaz
al final del camino que nos va a pasar
y solo nos queda soplar la herida.
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