Conviene saber
Si con tu sonrisa decido hacerme una pulsera
podría ser militante contra los puntos suspensivos
olvidarme de la oscuridad frente al espejo
del corazón que han dejado las hormigas
tributo al fracaso perfecto de tu mala suerte
y así termina siendo el sentimiento un cenicero.
Conviene saber por qué me enveneno,
para entender los renglones torcidos
que reclaman por la madrugada
una colección de intentos fallidos.
Comentarios
Publicar un comentario