El cuerpo, la máscara y su simulacro

No tengo miedo a burlarme de mi mismo
rodeado de un pasado un poco difuso
entre obras de arte, jardines y laberintos.

Entonces lo inexplicable se apoderaría de nuestras vidas
con gestos desesperados  ante la figura alta,
desgarbada, extranjera de cromosomas en la atmósfera.

Terciopelo instantáneo prevalecerá al viento
obligado a expresar lo sublime haciendo equilibrio
en el perfume de nuestras palabras.

Tomo la palma de mi sombra para desempolvar
lo que puede golpear a la puerta
puede ser tan superficial hasta la esquizofrenia.

Fue a eso de las tres de la tarde,
por un agravamiento de la neumonía
que sufría desde hacía tiempo.
Pensé que desgracia,
no tengo mucho que decir
mientras se reían a mí alrededor.


La crucifixión, técnica mixta, 1994 foto: LA NACION

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